Dante Paredes, el joven iglesiano que viajará a Brasil con una beca de intercambio

Un estudiante de Rodeo fue seleccionado por AFS para un programa de seis meses en Brasil. Ahora se prepara para la experiencia que cambiará su vida.

Dante Ignacio Paredes, un joven de 17 años que cursa su último año en el Bachillerato Columna Cabot (BCC), está a punto de embarcarse en una de las experiencias más significativas de su vida. Originario de Las Flores pero actualmente residente en Rodeo junto a su padre adoptivo, su historia es un testimonio de determinación y superación. Su travesía comenzó de manera inesperada cuando, navegando por Instagram, se topó con una publicación de la ONG AFS anunciando una beca de intercambio con destino a Brasil. Lo que comenzó como un simple clic se convirtió en una emocionante odisea que culminó con la noticia que cambiaría su vida para siempre.

Desde el momento en que decidió postularse, Dante atravesó un desafiante proceso de selección que requirió perseverancia, dedicación y, sobre todo, confianza en sí mismo. Tras superar varias instancias, llegó al tramo final del proceso, cuando dos voluntarios de AFS llegaron hasta su hogar para entrevistarlo personalmente. "Estaba súper nervioso, sabía que era una oportunidad única y quería dar lo mejor de mí", recuerda. La incertidumbre lo acompañó durante los días siguientes, hasta que, finalmente, recibió un correo electrónico con la noticia que tanto anhelaba, había sido seleccionado como ganador de la beca. La emoción fue indescriptible. "Sentí una mezcla de alegría y tristeza. Me hubiera gustado que mi abuelo estuviera presente para compartir este momento conmigo, pero mi familia estaba muy feliz y orgullosa de lo que logre", cuenta con nostalgia y entusiasmo.

Ahora, Dante se encuentra en la cuenta regresiva para su gran aventura. Aunque aún no conoce con certeza en qué ciudad vivirá, ya que la organización suele confirmar los destinos uno o dos meses antes del viaje, tiene claro que probablemente evitarán las grandes metrópolis como São Paulo o Río de Janeiro por cuestiones de seguridad. "Todavía no he tenido contacto con personas de Brasil, lo cual me genera un poco de nervios, pero estoy enfocado en completar todos los formularios requeridos y, al mismo tiempo, en juntar fondos para cubrir algunos gastos tanto allá como aquí", comenta con determinación.

El programa de intercambio tiene una duración aproximada de seis meses, aunque, en algunos casos, puede extenderse o acortarse levemente. Para Dante, este viaje no es solo un desplazamiento geográfico, sino una oportunidad de crecimiento personal, académico y cultural. "Es un desafío enorme, pero también una posibilidad inigualable de aprender, conocer nuevas personas y expandir mis horizontes", afirma con entusiasmo. Con los días contados para su partida, el joven iglesiano ya está listo para abrazar esta experiencia con los brazos abiertos y con la certeza de que será un capítulo inolvidable en su vida.