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  • Foto del escritorDiario Libre

Desde adentro: cómo funciona la ONG que fue marcada a fuego por Julia Horn

Tras el impacto por la pérdida de la joven alemana que movilizó a la provincia, los voluntarios retomaron la tarea con más fuerza que nunca. En qué consisten los intercambios que prometen experiencias inolvidables.


A más de dos meses del conmocionante caso de Julia Horn, la joven alemana que era buscada intensamente en la montaña y fue hallada sin vida en la Quebrada de Zonda el 27 de mayo último, la organización para la que cumplía funciones como pasante regresó a las actividades y, a pesar del dolor que atravesó por el trágico final, se muestra más fortalecida que nunca.


Se trata de YFU (Youth For Understanding), la ONG sin fines de lucro que realiza intercambios estudiantiles y que en pocos días recibirá a un nuevo grupo de extranjeros en la provincia. A través de uno de sus integrantes, Tiempo de San Juan conoció cómo trabajan y qué propósitos tienen en San Juan y en el mundo.

Ezequiel Bazán explicó que la tarea que realizan se basa en recibir y albergar chicos del extranjero en edad escolar, lo mismo que enviar afuera del país a jóvenes sanjuaninos y de otras provincias, con el objetivo de que conozcan las diferentes culturas y aprendan otros idiomas en ambos casos.


Los intercambios, por lo general, se hacen con países de Europa como Alemania, Francia, Bélgica o Inglaterra, aunque también son parte de la experiencias naciones de otros continentes, como Australia (de Oceanía) y Tailandia (de Asia).

El tiempo de estadía de los protagonistas del intercambio es de 10 meses y las edades que los mismos tienen son entre 14 y 18 años, por lo que es obligatorio que vayan a la escuela. "Los recibimos, les damos hospedaje y tienen la experiencia estudiantil", manifestó el representante que destacó la importancia de los vínculos que se generan con las familias anfitrionas.


Es por ello que la organización pone empeño en la búsqueda de familias aptas para la vivencia que se ofrece como inolvidable. Este año serán cuatro las que hospedarán a los adolescentes foráneos, los que arribarán a suelo sanjuanino el próximo 19 de agosto.


"Los chicos forjan lazos fuertes con sus padres y hermanos anfitriones, se convierten en una verdadera familia", sostuvo y remarcó: "Como ocurrió con Julia que tenía 15 años cuando viajó de intercambio a Chile y hasta ahora mantenía relación con la familia que la recibió. De hecho, vinieron a San Juan cuando se enteraron de la búsqueda. Eso habla de las conexiones que se crean y del cariño que había".


El proceso de selección de familias es más sencillo de lo que parece, aunque la organización se preocupa por que las elegidas sean las indicadas. Para ello, Bazán detalló que se entrevistan a las familias completas y, si cumplen con ciertos requisitos, entran en consideración.


Entre las condiciones que las postulantes deben cumplir es demostrar que pueden hacerse cargo de un menor, al que le deben proveer de todas sus necesidades y asegurarle una estadía segura, fuera de cualquier riesgo o amenaza, es decir, adoptarlo como si fuera un hijo.


Los contactos se producen primero mediante las redes sociales, donde suelen ser los propios jóvenes sanjuaninos los que se muestran interesados en ser parte de la experiencia de intercambio albergando a un par extranjero. Luego son sus familias las que acceden.


Por su parte, los voluntarios, que previo a la llegada de los estudiantes deben trabajar duro para conseguir familias calificadas, se encargan de monitorear la estancia de los visitantes como consejeros de los hogares de acogida, atentos a cualquier eventualidad que pudiera presentarse.


Sin dudas lo que ocurrió con Julia no sólo conmocionó a la provincia, sino también marcó a fuego a la organización. Es que después de verse golpeada por la tragedia y luego de transitar el debido duelo, los voluntarios que la conocieron y compartieron junto a ella tuvieron que reponerse y volver a empezar.


"Estuvimos un mes de duelo, sin actividades. Todos los voluntarios que la conocieron siguen teniendo una foto de perfil con ella, eso habla de la huella que dejó en ellos, que lloraron mucho su partida. Era una persona muy buena, según cuentan aquellos que la conocieron", aseguró.


Julia era parte de YFU Alemania y cuatro años atrás había tenido su primer viaje de intercambio, cuando permaneció en el país trasandino. Más tarde se convirtió en voluntaria y, durante sus vacaciones en Argentina, a principios de este año, obtuvo una pasantía dentro de la ONG. Su misión, en base a sus conocimientos, era ayudar a las delegaciones del interior del país con la difusión de la tarea de YFU y la búsqueda de familias.


Lamentablemente, en su tiempo libre decidió salir de paseo por la montaña, una actividad que le encantaba, y el destino le jugó una mala pasada. El jueves 23 de mayo fue al Cerro Tres Marías y su rastro se perdió en los circuitos. Fue intensamente buscada durante cuatro días hasta que fue encontrada a más de 12 kilómetros, en las cercanías del Autódromo El Zonda. Más tarde se sabría que una caída le había costado la vida.


"Su paso nos dejó un mensaje esperanzador, estuvimos mal, pero después continuamos. Decidimos quedarnos con lo que nos dijo su papá (Peter Horn), que disfrutáramos el tiempo que estuvo viva y que la muerte no deje más que cosas lindas", comentó y siguió: "Decía que tenía que llorar, pero que luego se quedaría con lo lindo de ella y su paso por este mundo, con lo buena hija que fue, lo buena compañera y buena voluntaria, la recordamos como alguien excelente, con compromiso".


Por todo ello Bazán confesó que, pese a lo malo, se aferraron a lo positivo y las buenas señales que se presentaron después. "Ella se esforzó mucho por conseguir familias anfitrionas por todo el mundo. Fue ejemplo para nosotros que, apenas salimos del duelo, lo hicimos más fortalecidos, nos pusimos las pilas para honrar su buena memoria", expresó.


Y es que más allá de la desgracia, contó que muchos sanjuaninos conocieron la labor de la fundación y sus fines motivaron a varios a unírsele, tal como sucedió con una joven que tomó la decisión de hacer un intercambio con YFU y con una de las familias que se convertirá en anfitriona en días. "Si no hubiera pasado lo de Julia, quizás no serían parte de esto. El intercambio es algo hermoso y -lejos de las diferencias- crea relaciones humanas únicas", cerró.

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