Freddy Vargas, de un taller humilde a la cumbre de la Mineria Sanjuanina
- Diario Libre
- 22 ene
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Actualizado: 12 feb
Con pasión por la mecánica, visión emprendedora y una inquebrantable voluntad, Fredy Vargas forjó una historia única de superación. Desde un pequeño taller hasta liderar una de las empresas más importantes de San Juan, su vida es testimonio de que las grandes oportunidades llegan para quienes están dispuestos a tomarlas y transformarlas.

A los 56 años, Fredy Vargas puede mirar atrás y sentirse orgulloso de una vida de sacrificios, decisiones valientes y logros. Este técnico mecánico, formado en la Escuela Boero de San Juan en la disciplina de automotores, descubrió desde muy joven su amor por la mecánica. A los 18 años ya trabajaba en relación de dependencia, pero su deseo de independencia y de ver hasta dónde podía llegar con su propio esfuerzo lo llevó a tomar una decisión trascendental, emprender.

Era 1990, con ahorros justos, Fredy compró un modesto equipo de herramientas y abrió su propio taller. Allí, comenzó reparando motos, grupos electrógenos y motobombas, trabajos que le permitieron especializarse cada vez más. Aunque la carga de trabajo era intensa y las ganancias limitadas, Fredy nunca perdió su entusiasmo ni su deseo de aprender. No sabía que el destino estaba a punto de presentarle una oportunidad que cambiaría no solo su vida, sino también el rumbo de la minería sanjuanina.

La mañana que marcó el inicio de su gran aventura pudo haber pasado desapercibida. “Esa mañana no pensábamos abrir el taller, pero por alguna razón el portón estaba abierto”, recuerda Fredy con nostalgia. Fue en ese momento que un cliente inesperado, el jefe de logística de Minas Argentinas, llegó al taller con una camioneta para reparar. Mientras conversaban, surgió una pregunta que Fredy nunca olvidará: “¿Sabés de alguien que alquile una camioneta para trabajos en alta montaña? Te animas a alquilar la F100 que tenes afuera?".
La propuesta sonaba descabellada. En aquella época, la minería en San Juan estaba en pañales y la idea de alquilar un vehículo para subir a la cordillera parecía más un riesgo que una oportunidad. Fredy respondió sinceramente, “Nadie se va a animar a alquilar una camioneta para eso, ni siquiera yo. La destrozarían con las piedras y los materiales”. Pero el hombre insistió y le explicó que el trabajo no era como se lo inaginaba, por lo que, Fredy decidió aceptar el desafío. Con su Ford F100 de tracción simple, comenzó a dar servicios en condiciones extremas.

Lo que parecía una apuesta arriesgada resultó ser una jugada maestra. En menos de un año, Fredy había amortizado el valor de la camioneta y con los beneficios obtenidos, compró un camión. Esa experiencia no solo lo llenó de confianza, sino que también lo introdujo al mundo de la minería, un sector que en ese entonces estaba empezando a transformar San Juan.

Para 1995, Fredy ya no solo reparaba vehículos, sino que había firmado su primer contrato formal con empresas mineras como Barrick y Mineras Argentinas. Subir a Veladero y Lama, en jornadas de 12 a 13 horas por caminos tortuosos, se convirtió en su rutina. Las condiciones eran extremas, frío, altura y caminos apenas trazados. Sin embargo, Fredy nunca se detuvo. Y desde ese dia nacio Freddy El Taller S.R.L, "Veladero era apenas un pequeño proyecto en ese momento. Jamás imaginamos lo que llegaría a ser a partir de 2003", comenta.
La minería no solo le dio trabajo, sino también una educación invaluable. “Nos enseñaron a organizarnos, a estar en regla, a trabajar con estándares internacionales. Pasamos de ser un taller pequeño a una empresa formal y reconocida. Veladero fue nuestra escuela”, relata Fredy.

En sus inicios en la minería, Fredy comenzó a subir a la alta montaña desempeñándose tanto como mecánico como chofer, a bordo de una Nissan Patrón color rojo, y en ocasiones manejando una de las cuatro Hilux que por entonces eran los únicos vehículos que, tres veces por semana, realizaban el arduo trayecto conocido como "los correos", transportando personal y mercadería para los campamentos. A pesar de las duras condiciones, Fredy no estuvo solo, junto a él trabajaban los 12 mecánicos que, con valentía y compromiso, levantaron la mano en su taller original para aceptar el desafío de la alta montaña. "Eran tiempos duros, pero jamás solté mis sueños", recuerda con emoción, remarcando que fue esa mezcla de sacrificio y convicción la que marcó el inicio de una historia de éxito en un territorio inhóspito.
A lo largo de su trayectoria, Fredy enfrentó numerosos desafíos. En 2014, invirtió fuertemente en equipamiento para trabajar en Pascua-Lama, un proyecto binacional que prometía un futuro brillante. Sin embargo, la justicia chilena frenó el proyecto, dejando a Fredy con 27 camionetas paradas. Fue un golpe devastador, pero lejos de rendirse, tomó la decisión de reinventarse, ofreciendo las camionetas para diferentes servicios en diatintas provincias. Durante la pandemia por Covid, Fredy abrió un taller de chapa y pintura para proteger los empleos de sus trabajadores. “Las crisis generan buenas ideas. No podíamos dejar a nadie sin trabajo, así que buscamos formas de adaptarnos”, explica. Esa capacidad de resiliencia se convirtió en uno de los pilares de su empresa, que hoy cuenta con más de 150 empleados directos y decenas de colaboradores indirectos.

En 2025, Fredy Vargas es mucho más que un empresario exitoso; es un símbolo de esfuerzo y superación para toda la provincia de San Juan. Su empresa, nacida de un modesto taller, es ahora una de las más prestigiosas en el sector minero. Además de generar empleo, se ha dedicado a capacitar personal, promoviendo el desarrollo de los sanjuaninos y demostrando que el crecimiento es posible cuando se trabaja con pasión y dedicación.

Fredy aún recuerda con emoción el momento en que el jefe de logística tocó a su puerta. “Si no hubiera tenido el portón abierto esa mañana, nada de esto hubiera pasado”, reflexiona. Su historia es un recordatorio de que las oportunidades pueden llegar en los momentos más inesperados y que, con visión y valentía, pueden transformar vidas enteras.
Hoy, Fredy Vargas lidera su empresa FREDDY El Taller S.R.L que no solo es ejemplo de éxito, sino también de humanidad y compromiso. San Juan encontró en él a un pionero que, sin miedo al riesgo, apostó por la minería y demostró que con esfuerzo, todo es posible. Su legado no solo está en la cumbre de las montañas, sino también en el corazón de quienes lo conocen y admiran.

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