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  • Foto del escritorDiario Libre

Gente de mi pueblo Jorge el conejo Ramos. LA PASION DE A-CERO

Jorge Ramos, un hombre de 55 años de edad, con una pasión desbordante por los autos de carrera y el rally, es una leyenda viviente en nuestro pueblo. Desde pequeño, Jorge sintió una conexión especial con los motores rugientes y las ruedas que giran a toda velocidad. Su amor por la adrenalina y la competencia lo llevó a convertirse en un piloto habilidoso y respetado en el mundo del rally sanjuanino. Con una vida llena de historias emocionantes y momentos de pura emoción, Jorge Ramos es el epítome de la pasión y la dedicación.





Conocido en el hermoso pueblo iglesiano como el “Conejo Ramos”, nacido el 19 de septiembre de 1968, en el seno de una familia trabajadora, conformada por sus padres Roberto Argentino Ramos y Edith Rodriguez y sus hermanos, Roberto, Lucia y Maria Elena. Jorge, desde muy pequeño, se fascinó con el mundo de los automotores, viendo a su padre trabajar incansablemente en su taller reparando y mejorando autos.


Su papá era un hombre memorable en el departamento Iglesia, conocido por su habilidad y dedicación en el taller Agrícola del Valle, ubicado en la avenida Santo Domingo, al lado de la capilla del santo patrono de Iglesia. Don Roberto Argentino Ramos o “El Tino Ramos” como le decían popularmente, hombre robusto de cabellera larga que el paso de los inviernos la fue blanqueando, fue uno de los fundadores del gran Rally Cordillerano allá por el año 1996. Dicho evento se realizaba en lo que se le llama “La cortada de Tudcum”, a pocos metros de lo que hoy es el basurero municipal, allí se marcaba la línea de largada y llegada. Este circuito, según recordaba Jorge, iba hasta la localidad de Tudcum, después hacia el paraje las quinas, para bajar por el viejo Tiro Federal y concluir el recorrido. Ese año, El Conejo Ramos, fue copiloto de su papá, en aquel viejo Jeep Verde que hacia enardecer a los espectadores Iglesianos. En ediciones posteriores, este Rally se trasladó al sur de la localidad de Rodeo, justamente al Hipico, con un circuito que pasaba por ese momento por la histórica Capilla de Achango, Pismanta, Las Flores de Abajo, Finada Palta y la famosa Viborita, lugar donde muchas personas se reunían para ver las maravillosas maniobras de los pilotos, entre ellos Jorge y su papá que cuando se acercaban en sus “Maquinas”, yo personalmente recuerdo que el público exaltado exclamaba “ahí vienen estos chiflados”, y una vez que los Ramos hacían su paso por este lugar, las personas allí congregadas gritaba fervorosamente, tal cual similitud a una carrera de caballos.



Desde muy pequeño, Jorge comenzó a ayudar a su padre en el taller, aprendiendo los secretos de los motores y la mecánica. Su padre le enseñó a cambiar aceite, a ajustar frenos y a diagnosticar problemas en los autos. Jorge se convirtió en un aprendiz rápido y entusiasta, y pronto se dio cuenta de que su pasión por los autos era más que un simple hobby, era su destino. En un momento donde la mirada del Conejo Ramos se extendía más allá del unísono, apoyado sobre el capot de un viejo auto, de brazos cruzados, sonriente y voz casi de quebranto, recordaba aquellos momentos junto al “Tino”, expresando de forma pausada “Mi viejo era un loco de los fierros y las competencias, eso me traslado a mí y ahora yo se lo traslade a mi hijo”.


Pareciera ser el destino, o simplemente una cuestión generacional, pero el amor por las competencias en esta familia pareciera ser algo de nunca acabar, en ese momento llegó al lugar de la entrevista un jovencito de 12 años, en sus manos había un destornillador y una pinza, se trataba del único hijo de Jorge y Adriana Valdez, su pareja y compañera de toda la vida. El pequeño Jorge Angel Ramos desde los 7 años es corredor de motos y hoy con 12 años ya ha ganado varias competencias a nivel local.



Con respecto a sus “Maquinas”, Jorge con mucha Melancolía, sacando pecho y sonriente ante las insistentes preguntas de este redactor, nos contaba que, en 1997, decidió rectificar su Chevrolet 400 Súper modelo 64, para llevarlo a competir en el Safari Tras las Sierras, una de las pruebas de rally más exigentes de la región. Valle Fértil era el escenario perfecto para poner a prueba su habilidad y la de su auto. Jorge trabajó incansablemente durante semanas para preparar el Chevrolet, ajustando el motor, mejorando la suspensión y afinando cada detalle para asegurarse de que estuviera en perfectas condiciones para la competencia. Finalmente, el día del rally llegó, y La adrenalina corría por sus venas mientras aceleraba por los caminos de tierra, sintiendo el rugido del motor y la emoción de la competencia.  Con una mezcla de habilidad, estrategia y suerte, Jorge logró ganar la categoría de su clase en el Safari Tras las Sierras, al volante de su Chevrolet 400 Super 64. Fue un momento de pura emoción para él, después de tantas horas de trabajo y dedicación para preparar el auto para la competencia. Aquella victoria fue un punto de inflexión en la carrera de Jorge como piloto de rally, esto lo motivó a seguir adelante, a buscar nuevos desafíos y a seguir mejorando su habilidad y su auto.


En el año 2001, Jorge decidió cambiar de auto y se armó un Jeep para competir en el rally. Fue un desafío nuevo, pero su experiencia y habilidad lo llevaron a obtener un tercer lugar en la competencia. Fue un logro importante, y la foto que se tomó en ese momento y que fue publicada en Diario de Cuyo, se convirtió en una de las más recordadas de su carrera. Jorge conto a demás, que de todos los lugares que el ha podido competir, Jachal siempre ha sido esquivo, en tono de burla propia o aceptación de los hechos, narraba que de 10 carreras 3 llego y estuvo en el podio de su categoría pero el resto las veces siempre alguien lo tenia que ir a buscar a algún punto del camino. Su anhelo de competir lo tiene a ansioso aunque sostuvo que en la actualidad tiene en un Fiat duna pero para "chiflados" como el, la sensación no es la misma.

 

 

La charla con Jorge parecía haber llegado a su fin, pero mi compañero me recordó que faltaba un capítulo importante en la historia de este apasionado de los autos y el rally. 'No te olvides de Acero Juegos', me dijo con una sonrisa. Y así, Jorge comenzó a contar la historia de su local de videojuegos y pool, creado allá por 1990 en la esquina de calle San Martin y Av. Santo Domingo, una esquina donde Jorge llego a tener 15 máquinas de videojuegos, pool y metegol. “Fue un proyecto que siempre había soñado”, comenzó a explicar Jorge. “Quería crear un lugar donde la gente pudiera venir a divertirse, a jugar y a pasar un buen rato” Así nació Acero Juegos, un local que se convirtió en un clásico en Rodeo.


Posteriormente, se trasladó a un pequeño galpón que estaba ubicado frente a lo que hoy es plaza Benita Molina, por aquellos años, llamada la Plaza del Olvido. El lugar tuvo nuevos propietarios, por lo que Acero juegos debió entregar el local, que posteriormente seria derrumbado, llevándose consigo, la historia de cientos de momentos vividos ahí, jugando al pool, al ping pong, a los jueguitos de peleas, al Counter en el ciber que Jorge había incluido a su multiespacio y noches interminables de música, con bandas en vivo.


Jorge nos contó cómo había decorado el local con temas de autos y rally, cómo había seleccionado los mejores videojuegos y mesas de pool, y cómo había creado un ambiente acogedor para que la gente se sintiera como en casa.  De esta forma, Acero Juegos se convirtió en un punto de encuentro para los amantes del rally y los autos, también fue ese rinconcito donde “El Conejo”, pudo compartir su pasión con otros, donde pudo mostrar sus trofeos y sus autos, y donde claramente, pudo vivir momentos inolvidables con mis amigos y familiares, hasta la actualidad.


Hoy en dia, después de 34 años de amanecidas junto a amigos, Acero juegos, sigue con sus puertas abiertas en el gran galpon conocido como Casa Ramos que era perteneciente a su abuela, Doña Maria de Ramos. Y así, Jorge sigue adelante con su negocio de Acero Juegos, donde la pasión por los autos y el rally se mezcla con la diversión y la amistad. El local sigue siendo un punto de encuentro para los amantes del motor, donde se comparten vivencias, se escucha música y se disfrutan buenos tragos en compañía de amigos.


La historia de Jorge Ramos es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden llevar a alguien a vivir una vida plena y emocionante. Y Acero Juegos sigue siendo un lugar donde esa pasión se vive y se comparte con otros, un lugar donde la amistad y la diversión son siempre bienvenidas, un lugar donde su canción favorita “Nothing Else  Matters” de Metallica, es infaltable cada noche, pero claro mucho habla de el esta canción a la hora de traducirla.

Muy cerca, no importa la distancia no podía ser más, que desde el corazón, siempre confiando en quiénes somos, y nada más importa.

Nunca me preocupé por lo que hacen nunca me importó lo que saben pero yo sé.


Nunca me sentí de esta manera, la vida es nuestra, la vivimos a nuestra manera,

Todas estas palabras que simplemente nunca digo, y nada más importa.



Redaccion -  Diego Varela Fotografia – Maxi Chavez


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