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El funcionario judicial acusado de agredir y amenazar a su ex pareja afrontaba la cuarta audiencia del debate y, en ese marco, su polémico amigo fue aprehendido por las contradicciones en su testimonio. La situación resultó un revuelo por sus gestos y sus bromas, a pesar de estar siendo esposado.
Este viernes se desarrolló una nueva audiencia por el juicio contra Mario Parisí, el funcionario judicial acusado por violencia de género, y en medio del debate se produjo un revuelo con la detención del médico Jorge Gil. Es que el hombre de alto perfil mediático presentó contradicciones en su relato, frente a la jueza Ana Carolina Parra, y a pedido del fiscal Roberto Ginsberg fue a parar tras las rejas.
El clínico y también abogado participó del debate y, como ya lo había consignado este diario en la previa, al parecer cayó en su propia trampa. Según informaron fuentes judiciales, su declaración se prestó confusa, contó con varias interrupciones y hasta recibió el llamado de atención de la magistrado. En líneas generales, sus dichos fueron controvertidos y quedó en evidencia.
A pesar de estar siendo arrestado y de los cargos que deberá afrontar a partir de ahora, por falso testimonio, el testigo que quedó en aprietos se mostró sonriente y bromeó con la situación. Como lo hizo mientras declaraba, se puso de pie y saludó a todos los presentes antes de marcharse, lo que llamó la atención de quienes siguen el proceso, incluso, del propio imputado Parisí.
Conocido por protagonizar diversas polémicas, estuvo vinculado en la causa en un principio por encubrimiento, pero luego fue desligado. La fiscalía lo había señalado como cómplice de Parisí, ya que había intentado convencer a la víctima que desistiera de la denuncia por lesiones y amenazas contra su amigo. Sin embargo, la defensa de Gil logró demostrar que su participación en el hecho estaba exceptuada de la acción penal por tratarse de un amigo íntimo y fue sobreseído.
Durante su relato, Gil propició una serie de idas y vueltas con el fiscal y la querella encarnada por Reinaldo Bedini, quienes consultaron si -por su profesión y conocimientos- pudo constatar lesiones en la denunciante, cuando la visitó e intentó persuadirla. Ante la insistencia de las partes, dijo que observó "pocas lesiones" en el cuerpo de la mujer.
Fiel a su estilo y como ya ocurrió en otras ocasiones, la presencia de los medios no pasó desapercibida por el testigo que miró hacia las cámaras e hizo señas para no ser fotografiado. Luego, miró fijo y levantó el pulgar. Más allá de su histrionismo, era temprano para imaginar cómo finalizaría su intervención en el juicio que inició el lunes y continuó durante la semana.
Está previsto que además declare el ex funcionario judicial condenado por tráfico de influencias, Juan Pablo Ortega. Quien fuera juez subrogante, secretario relator del Ministerio Público Fiscal y renunciara por un escándalo de armado de causas, también estuvo implicado en el hecho que se debate, sospechado por encubrimiento. No obstante, corrió con la misma suerte que Gil y resultó sobreseído.
Entre quienes ya atestiguaron en el juicio por lesiones leves agravadas por el contexto de violencia de género y amenazas agravadas por el uso de arma blanca se destacan el encargado edificio en el que vivían Parisí y la denunciante, que confirmó la convivencia; como así también el socio, la amiga y la madre de la presunta víctima, que dijeron que observaron lo mal que la pasó por la relación tóxica que mantenía con el ex coordinador de Flagrancia y que supieron de la violencia de género que sufría en sus manos.
Por otra parte, una médica forense de renombre, una médica legista y dos psicólogas hicieron su aporte en el juicio que tiene a Ivana Salas y a Rodrigo Aguirre como defensores de Parisí, en reemplazo de los letrados que lo representaron desde los inicios, es decir, Fernando Castro y Nasser Uzair.
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