Los Hermanos Espejo. Los Acordes del Siglo
- Diario Libre
- 12 feb
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Desde el primer amanecer del siglo hasta el Festival de Jesús María, la historia de Franco y Alexis Espejo, dos hermanos que convirtieron su pasión en un sueño hecho realidad.

El 1 de enero del 2000, mientras el mundo celebraba la llegada de un nuevo siglo, en el departamento de Iglesia nacían dos niños que estaban destinados a dejar su huella, Franco y Alexis Espejo. Su llegada no solo fue motivo de alegría para su familia, sino también un hecho curioso que despertó el interés de los medios de comunicación, convirtiéndolos en los primeros mellizos del siglo. La prensa rápidamente quiso conocer más sobre ellos, y fue su madre, María "La Chiquita" Montaño, quien relató la emoción de recibir a sus hijos en una fecha tan especial. Lo que nadie imaginaba en aquel entonces era que esos dos pequeños, con el tiempo, harían de la música su vida y su destino.

Desde niños, Franco y Alexis sintieron una conexión profunda con la música. A los 11 años tomaron por primera vez una guitarra bajo la guía del profesor Aurelio Malla. Con disciplina y entusiasmo, fueron perfeccionando su técnica, pero el deseo de aprender más los llevó hasta Jáchal, donde continuaron su formación con el maestro Kuki Salas. Fue allí donde comenzaron a recorrer los primeros escenarios, emocionando con sus interpretaciones instrumentales. La música se convirtió en su refugio, en su forma de expresión, en el lenguaje con el que comenzarían a construir su propio camino artístico.

Sin embargo, en 2017 sintieron que su música podía llegar aún más lejos si le agregaban un nuevo ingrediente, la voz. Fue entonces cuando decidieron formarse en canto con Claudia Pirán y Mauricio Gómez, este último convirtiéndose en mucho más que un maestro; fue su guía, su mentor y su coach vocal en la grabación de su primer álbum. Con paciencia y dedicación, trabajaron cada arreglo, cada matiz, cada emoción detrás de cada nota, hasta lograr un sonido que los representara por completo. Fue un proceso desafiante, pero también un punto de inflexión en su carrera.

A lo largo de los años, los Hermanos Espejo fueron dejando su huella en el mundo de la música. Con cinco trabajos discográficos en su haber, han sabido combinar la esencia de la música instrumental con el poder de la interpretación vocal. Además de interpretar obras de grandes referentes del folclore, han dado un paso más allá al componer sus propias canciones, llevando en ellas las vivencias, las raíces y el alma de su tierra iglesiana.
Pero el camino del arte no está exento de obstáculos. Uno de los momentos más duros que enfrentaron fue cuando Franco tuvo que someterse a una cirugía compleja. La noticia cayó como un golpe inesperado y los obligó a hacer una pausa. Los escenarios quedaron en segundo plano y la prioridad pasó a ser la recuperación. Fueron tiempos difíciles, de incertidumbre y reflexión, donde la música quedó en silencio, pero nunca apagada. Con el apoyo incondicional de su familia y el cariño de la gente de su pueblo, Franco logró salir adelante y, con ello, ambos hermanos volvieron a reencontrarse con lo que más aman, la música.

Si hubo un momento que los marcó para siempre fue su presentación en el escenario Martín Fierro del Festival de Doma y Folclore de Jesús María. Desde niños soñaron con estar allí, imaginaban el momento de pisar ese escenario, de sentir la energía del público, de hacer vibrar cada acorde en una de las fiestas más importantes del país. Y cuando finalmente lo lograron, todo cobró sentido. Ese día, cada sacrificio, cada hora de ensayo, cada viaje y cada esfuerzo valieron la pena. Fue más que una presentación, fue la confirmación de que los sueños, cuando se persiguen con pasión y perseverancia, terminan cumpliéndose.
El camino de Franco y Alexis ha estado acompañado siempre por su familia, un pilar fundamental en su historia. Su padre, Ramón Espejo, ha sido mucho más que un acompañante; ha sido el motor que los impulsa, el puente que los conecta con nuevas oportunidades. Gracias a su gestión y esfuerzo, los hermanos han podido compartir escenario con artistas de renombre como Los Sacheros y el "Negro" Ferreyra, quien, con admiración y respeto, pronunció unas palabras que quedaron grabadas en su corazón: "Estos pibes tienen un gran futuro."
Hoy, los Hermanos Espejo siguen adelante con la misma pasión de aquel par de niños que soñaban con la música. Llevan a Iglesia en cada canción, en cada acorde y en cada escenario. Y aunque han logrado grandes cosas, saben que el camino sigue, que aún quedan sueños por cumplir, escenarios por conquistar y emociones por transmitir. Porque la música no es solo lo que hacen, es lo que son.
Muchísimas felicidades chicos!! Dos grandes artistas, y excelentes personas!! Que los éxitos sean eternos!!!