Vicuña Corp. Promesas vacias y una comunidad olvidadada
- Diario Libre
- hace 6 días
- 3 Min. de lectura
A.I.TUR.I.C. denuncia la falta de compromiso de la minera con el desarrollo local

La reciente reunión entre la Comisión Directiva de A.I.TUR.I.C. y representantes de Vicuña Corp expuso, una vez más, la precariedad de la relación entre la comunidad iglesiana y las empresas mineras. Mientras la minería sigue explorando los recursos del departamento, los beneficios para la economía local continúan siendo escasos o nulos. La reunión, que debía servir para mejorar la sinergia operativa y comercial, terminó convirtiéndose en una lista de exigencias por parte de A.I.TUR.I.C. ante el evidente abandono y la falta de transparencia de Vicuña Corp.
Durante la jornada, se abordaron temas críticos como la exclusión de proveedores locales, la escasa generación de empleo para trabajadores iglesianos y la falta de programas de capacitación efectivos. A pesar de que la minería ha operado en Iglesia por más de dos décadas, los beneficios reales para la población siguen sin materializarse. Mientras otras localidades sanjuaninas han prosperado gracias a la instalación de empresas prestadoras y contratistas, Iglesia sigue esperando que las promesas de inversión se traduzcan en crecimiento real.
Uno de los puntos más críticos de la reunión fue la falta de transparencia en los procesos de licitación y contratación de Vicuña Corp. A.I.TUR.I.C. denunció que el sistema CODIN/MINEXUS, que debería facilitar la inclusión de proveedores iglesianos, es ineficiente y sigue beneficiando a grandes contratistas externos. Además, se exigió que las licitaciones sean abiertas y competitivas, con información pública visible para evitar discrecionalidades. Sin embargo, hasta el momento, las respuestas de la minera han sido evasivas y carentes de compromisos concretos.
El impacto económico de la minería en Iglesia es, en el mejor de los casos, marginal. Mientras otras localidades han visto crecer sus economías de la mano de la minería, en Iglesia la actividad sigue centralizada en pocas manos. A.I.TUR.I.C. insistió en la necesidad de que las empresas prestadoras y contratistas se instalen en el departamento, generando empleo y fortaleciendo el ecosistema económico local. No obstante, hasta ahora, las grandes compañías parecen más interesadas en maximizar su rentabilidad que en contribuir genuinamente al crecimiento de Iglesia.
Otro reclamo contundente fue la falta de oportunidades para los trabajadores iglesianos. A pesar de contar con mano de obra calificada, la minería sigue privilegiando la contratación de personal foráneo. A.I.TUR.I.C. exigió revertir esta situación y garantizar que los trabajadores locales tengan prioridad en los proyectos mineros. La exclusión sistemática de los iglesianos de la actividad minera no solo es una injusticia, sino que además profundiza la dependencia económica del departamento.
La comisión de A.I.T.U.R.I.C, presentó una serie de propuestas concretas para corregir estas deficiencias:
Priorizar a los proveedores con certificación local.
Incentivar la instalación de empresas prestadoras y contratistas en Iglesia.
Garantizar la contratación de trabajadores iglesianos en proyectos mineros.
Desarrollar programas de capacitación adaptados a las necesidades reales de la industria.
Si bien Vicuña Corp se mostró dispuesta a evaluar estas iniciativas, el escepticismo es alto. La historia demuestra que las mineras han ignorado sistemáticamente estos reclamos, ofreciendo promesas que nunca se cumplen.
La reunión evidenció lo que la comunidad iglesiana ya sabe, la minería sigue operando con una deuda pendiente hacia la región. La falta de transparencia, el estancamiento económico y la exclusión de trabajadores locales demuestran que, hasta ahora, el sector minero ha fracasado en generar un desarrollo sostenible en Iglesia.
Vicuña Corp tiene ahora la oportunidad de demostrar si está dispuesta a cambiar o si seguirá el mismo camino de sus predecesoras,explotar los recursos de Iglesia sin dejar nada a cambio. La comunidad no puede esperar más. Es momento de que la minería rinda cuentas y cumpla con sus obligaciones. La paciencia se agota, y la exigencia de justicia y equidad ya no es negociable.
留言